Después de vivir todo lo vivido junto a mis perritas, mi corazón siente la necesidad de seguir adoptando a perros sénior o bien que padecen alguna enfermedad. Algo que, generalmente, les excluye de los procesos de adopción más habituales. Al tomar esa decisión hay que tener claro cómo sostener el dolor que provoca su enfermedad y el que, más tarde, provocará en nosotros su partida. Hay que saber gestionar el duelo por su partida y entender que nuestra vida sigue sin ellos a nivel físico, pero con su eterno recuerdo en nuestro corazón.

 Vivir los 3 duelos por la partida de mis 3 niñas peludas me hizo consciente de que, el hecho de que la sociedad no entienda ese proceso, agrava aún más nuestras emociones llevándonos incluso a estados depresivos que, si no son tratados a tiempo pueden derivar en una verdadera enfermedad basada en nuestro estado emocional.

Por eso nace ZivADA, para ayudar a todo aquel que lo necesite, a gestionar sus emociones con el fin de salir a flote de esos terribles momentos que quedan en nosotros cuando un peludo se va.
ZivADA es mi manera de honrar a mis peludas sembrando el legado más profundo que ellas me transmitieron: el amor incondicional, el vivir sin juzgar y el acompañar simplemente viviendo el momento presente.

Mi objetivo es acompañar desde el respeto SIEMPRE, en un espacio en el que la empatía, la sinceridad y la libertad para expresar tus emociones, van a ser las protagonistas de nuestros acompañamientos. En ZivADA no hay juicios y existe la total libertad para llorar siempre que sea necesario.

Tenemos que sanar todos y cada uno de los duelos a los que nos vamos a enfrentar a lo largo de nuestra vida. Tenemos que plantarles cara y enfrentarnos a las emociones que provocan en nosotros. La mejor manera de hacerlo es buscando apoyo emocional y trabajando todo lo que esa pérdida ha generado en nosotros.